Y Komo se las gastan

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jueves, 27 de enero de 2011

El millonario gasto de Mario Marin por el caso Lydia Cacho

Mario Marín se fue de Casa Puebla sin dejar en claro cómo gastó 184.5 millones de pesos en 2006 para contener el sismo político que le significó el affaire Cacho-Marín. A pesar de los ríos de tinta que han corrido al respecto, sólo explicó cómo distribuyó 121 millones de pesos, del resto –63 millones— nada se sabe.
Parte de la estrategia fue inyectar 12 millones de pesos al grupo informativo que comanda Olegario Vázquez RañaImagen—, pagos de espacios publicitarios radiofónicos por 2.3 millones en el noticiario de Joaquín López Dóriga y una fuerte inversión de 25.6 millones en las dos cadenas televisivas nacionales. Todo esto con recursos públicos.
En ese mismo año, la administración estatal también utilizó el erario para apoyar a empresas periodísticas locales que, durante los momentos más álgidos de la crisis política, abrieron sus páginas para difundir información a favor del mandatario como los diarios Intolerancia y El Sol de Puebla, propiedad del empresario Mario Vázquez Raña.
O las empresas radiofónicas de la familia Cañedo Benítez: Grupo Acir, que luego habría de cambiar de nombre a Cinco Radio, a cargo de Coral Cañedo, así como de Marconi Comunicaciones, propiedad de Rafael Cañedo, y Radio Oro, de la familia Grajales.
Al menos esa es la distribución que reconoce la administración marinista de los 121 millones de pesos que reportó haber gastado en ese año en materia de publicidad a una solicitud de información que presentó Animal Político.
Casi el mismo monto oficial que reportó el gobierno del Estado de México, uno de los que más recursos ha destinado para promocionar la imagen de Enrique Peña Nieto para el mismo año, pero 60 millones menos de los que reconoció  el titular de la Secretaría de Finanzas del estado, Gerardo Pérez Salazar, en febrero de 2007 ante los diputados locales.
Esa información, proveniente de los archivos que la Dirección de Comunicación Social y Relaciones Públicas y que el gobierno marinista se vio obligada a entregar a una solicitud presentada al amparo de la Ley de Transparencia en 2008, desapareció un par de años después.
Ante una solicitud idéntica, letra a letra, la administración estatal calificó de “inexistente”  la misma información sobre gastos en medios de comunicación; lo diferente, fue una actualización en fechas para conocer los  movimientos y montos en la segunda parte de su sexenio.
No “engordaremos” medios
El 7 de febrero de 2005, con tan sólo unos días de iniciado el sexenio, La Jornada de Oriente publicó en sus páginas una entrevista con Mario Marín Torres. Eran los primeros días de su sexenio.
Las palabras que quedaron registradas no dejaban lugar a dudas. El mensaje del recién nombrado mandatario era: “Yo no voy a engordar los bolsillos de un medio –de comunicación– nada más en aras de que proteja mi imagen”.
Pero el tiempo y un problema de magnitudes insospechadas diluyó aquellas palabras un año y meses después.
Los documentos entregados revelan que el aciago 2006 –año del affaire Cacho-Marín—, el gobierno del estado entregó 11.2 millones de pesos a la empresa radiofónica de Olegario Vázquez Raña, casi el 70% de lo que se destinó en ese periodo a las compañías radiofónicas nacionales.
Ese año, el presupuesto etiquetado para pagar espacios en la radio nacional se cuadriplicó, pasando de 4.01 millones de pesos en 2005 a 16.7 en 2006.
Pero no fue lo único. El diario Excélsior, parte del emporio mediático de Olegario, también sumó a sus ingresos 800 mil pesos provenientes del erario poblano para cerrar la cifra en 12 millones de pesos.
Ese mismo año, TV Azteca –facturado a nombre de Antena Azteca SA de CV y TV Azteca México— le vendió al gobierno marinista espacios publicitarios por 14.1 millones de pesos. Por su parte, Televisa Puebla logró contratos por 11.5 millones de pesos. Las dos televisoras abiertas se quedaron con el 96% de los recursos públicos destinado a ese rubro.

Ese año, La Jornada, diario que detonara el escándalo al publicar la conversaciones entre Marín y Kamel Nacif, le facturó a la administración estatal 4.9 millones, mientras que El Universal reportaba 4.7 millones por publicidad a nombre del gobierno local.
De aquel tiempo es la entrevista telefónica que Joaquín López Dóriga le hiciera a Mario Marín la noche del 14 de febrero de 2006:

Lo que pocos saben es que ese mismo año, Astrón Publicidad, empresa que a decir de la revista Etcétera es “la agencia que comercializa el espacio que López Dóriga conduce en Radio Fórmula”, le vendió 2 millones 300 mil pesos en espacios publicitarios.

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